El MASCOTISMO es una de las amenazas de los animales salvajes de las que quizás menos se hable. No por ello deja de ser importante.
Todos conocemos el caso del tigre de Jesulín, y seguramente la mayoría de nosotros nos hemos reído con los espectáculos que ofrecen chimpancés y otros primates, cuando estos salen en la tele disfrazados con atuendos de críos humanos, con paquete, o simplemente ridiculizados in extremis vestidos, por ejemplo, de payasos, con su buen maquillaje.
Una vez me llamarón RADICAL. Me llamaron radical por “cagarme en todo lo que se meneaba” al ver aparecer a un joven chimpancé en un programa de entretenimiento, vestidito con sus ropitas humanas. Ese día perdí la batalla, no me quisieron escuchar cuando les quise ofrecer los motivos por los que me molestaba tanto semejante espectáculo. “Pero si solo es un animal, Lidia, no exageres!!” –me dijeron, “Se lo pasa en grande, ¿no lo ves?¡Mira qué bien educado está!!! –siguieron.
No me dejaron explicarles qué supone tener una cría de chimpancé en cautividad, la letra pequeña que no interesa leer.
Lo primero, recalcar que actualmente es ILEGAL tener un primate como mascota. Muchos particulares que los tienen, normalmente enjaulados y en pésimas condiciones, los adquirieron a saber cómo, antes de que se “regulase” el tráfico de especies salvajes, o simplemente son las crías de aquellos primates cautivos en circos, que al nacer vienen con los papeles bajo el brazo. El principal motivo por el que un primate no debe ni puede ser un animal de compañía doméstico es PORQUE BIOLÓGICAMENTE NO LO PUEDE SER. Perros, gatos, cerdos, etc etc han sufrido durante generaciones y generaciones y generaciones una selección “artificial” inducida por los humanos que los han hecho “adecuados” para nuestra vida doméstica, pero este no es el caso de NINGÚN PRIMATE. Nunca podremos cubrir en cautividad todas las necesidades de la vida de un primate.
Quizás el origen de un elevado porcentaje del tráfico ilegal de primates debería ser el factor clave para que todos y cada uno de nosotros, rechazase de forma completa, el mascotismo de estos animales. En la entrada anterior hice referencia al busmeat: cientos, sino miles, de familias enteras de primates se cazan al año para bushmeat, pero las crías… las crías se puede considerar que “tienen poca tita”, es decir, que su carne es poco rentable, por lo que suelen venderlas vivas. Las crías son capturadas de forma cruel tras haber presenciado el asesinato de toda su familia, de todo su grupo (recuerdo que los primates son animales altamente SOCIALES y que tienen MEMORIA), y conducidas a los mercados ilegales de especies salvajes (normalmente protegidas). En este momento es cuando entra en juego la mano del mundo occidental, ya sea directamente comprando las crías, ya sea indirectamente a modo de “hazte una foto con un macaco en Gibraltar, y no olvides de pagarme”. Por tanto, favorecer el mascotismo se traduce en favorecer el bushmeat.
Un caso del que muchos me habréis oído hablar, es el del chimpancé de Involution, ese patético programa que empezó a emitirse en Antena3/Neox. Como sabéis era un programa en el que los concursantes realizaban una serie de pruebas para ganar dinero, siendo la última de ellas “jugársela a suertes con un chimpancé”. Este chimpancé pertenece a Steve Martin, un americano que “colecciona” animales exóticos y que ha sido denunciado infinidad de veces por las malas condiciones de mantenimiento, por violencia para/con ellos, mala situación higiénica sanitaria y alimentaria (tal como nos indican MONA y FAADA). MONA y FAADA lanzaron una campaña en contra de su utilización, así como se reunieron con el equipo de la cadena televisiva para informar de lo que supone la utilización de un animal salvaje, ¡un primate!, ¡¡un gran simio!! en un programa como ese. Aún con toda la campaña realizada y la información recibida el programa empezó a emitirse…(http://faada.org/noticia-448/) Al final hubo algo de suerte y su emisión se canceló por falta de audiencia.
Aquí y como OPINIÓN PERSONAL, creo que a la comunidad científica nos debería dar vergüenza y no hacernos gracia, un personaje como Flipy, que se hace llamar científico en la televisión… Nos deja al resto a la altura del betún. ¿Qué credibilidad queremos tener ante la población general con una ridiculización tan patética como esta? En fin…(wikipedia: Enrique Pérez Vergara (1974), conocido artísticamente como Flipy, es un actor y cómico español. Además es productor ejecutivo de diversos programas de televisión.)
Otro caso de abuso que debe ser mencionado es el caso de uno de los últimos anuncios de Cola Cao en el que de nuevo se utilizó un chimpancé. El final en este caso es más feliz, ya que a día 6.10.11 (hace escasamente 2 meses), NUTREXPA, el equipo de marqueting de Cola Cao, anunció públicamente su renuncia a volver a utilizar animales salvajes en sus anuncios, decisión tomada tras la información dada por MONA y FAADA , nuevamente. (http://faada.org/noticia-481/)
Rainfer en Madrid y MONA en Girona, son los dos grandes centros de rescate de primates de España. Ambos llevan a cabo las recuperaciones psicológica y física posibles en los casos de recogida de primates procedentes ya sea de circos, de particulares o de tráfico ilegal.
Aunque parten de una misma idea, ambas asociaciones divergen en su modus operandi. EL objetivo de MONA, por ejemplo, es cerrar las instalaciones, es decir, conseguir que dejen de llegar animales a su centro de recuperación. Por ello rechaza la reproducción de sus animales, cosa que no hace Rainfer, ya que este entiende la reproducción como una señal de bienestar de las comunidades que sostiene. La diversidad en Rainfer es mucho mayor que en MONA: lémures de cola anillada, chimpancés, calitrícidos, capuchinos, macacos, etc., frente a macacos y chimpancés.
En una futura entrada ofreceré mi visión al respecto de cada uno de estos centros.
Para acabar, solo hacer hincapié en que los casos de mascotismo en primates, como en el resto de animales salvajes, engloban todo tipo de maltratos: hay desde quienes los enjaulan y los matan de hambre a quienes los ceban, desde quienes los atan y abandonan a quienes se dedican a “tunearlos” a base de pierciengs y tatuajes, desde quienes los ridiculizan con vestidos a quienes los explotan sexualmente, desde quienes los ignoran a quienes los “educan”… Y el concepto de “educar” solo tiene una traducción: maltrato físico. En el caso de los chimpancés, que quede bien claro que las crías, los jóvenes, son muy muy muy inquietos, por lo que una “educación a base de palos” es lo único que podemos leer, aunque sea entre líneas, cuando aparece en la tele ese mono tan gracioso y quieto…
A los que me llamaron RADICAL, si lo seguís pensando tras leer esto, perfecto, lo soy y con mucho gusto.
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